Ninguna pequeña ironía, al mismo tiempo en el cual escribía ayer sobre la destruccíon de casas en Palestina, recibí una llamada que me informó hoy sea el día de decisión: los húngaros van a estampar mi pasaporte con un visado de trabajo o van a deportarme. (Si la decisión sea buena, todavía tendré que moverme del piso en mayo, porque van a destruir el edificio en que vivo para construír un hotel!) Ahora, bastante temprano, eschuco a Wandering Star (de Portishead) y me pregunto, ´si ellos me deporten, a donde voy?´ Ninguna ídea. Parezco que acabo de llegar (bueno, ya es más que medio año, sino para relocarse de nuevo, en otro lugar, se necesita tiempo). Posiblemente mañana voy a salir. ¿A los EEUU? Espero que no...no sé si me darán opciones. Y que voy a hacer con mis pocas cajas? Cuales zapatos traigo conmigo a la vida siguiente? Cuales libros? Por cuanto tiempo hay que quedarme afuera del país, hasta que pueda regresar para recojer mis posesiones? Como ya dije, ninguna pequeña ironía con todo esto. A los menos, puedo consolarme recordano que ante todo que ha pasado a los palestinos, todavía sobreviven...